martes, 30 de septiembre de 2014

Por las Rutas de San Pablo (3)

Siguiendo nuestro itinerario, os hablo de estas realidades que implica el cambio en nuestras vidas.

El cambio  nunca se puede forzar, se produce si se le hace espacio a la vida, alegre, serena, confiada y amable, imprevisible y sorprendente, insegura y pasajera, solida y eterna, inútil y banal, sublime y valiosa, monótona y vulgar, y si le hacemos sitio apaciblemente, sin empeños heroicos, dado que la fuerza y la violencia paralizan, y si no tenemos movimiento, ¿cómo podemos tener un cambio?

SI deseo cambiar, lo que tengo que hacer es aceptar, y aquí nos encontramos una vez mas con la difícil tarea de aceptar lo que no me gusta, es decir reconocerlo y darle su espacio.

A través de los sentidos es que podemos establecer una nueva relación con la vida.
Ocurre que cuando empezamos a cambiar  encontramos dentro de nosotros mismos unos puntos de referencia y empezamos a descubrir cosas que no nos gustan,  sentimientos, actitudes, defectos, pensamientos, y es entonces cuando surgen los deseos imperiosos de  cambio mezclado con el rechazo “ya que no puedo permitirme ciertas cosas”  y entramos en un conflicto, puesto que nos creamos la obligación de responder a la idea, que queremos que tengan los demás de nosotros mismos, y de esta manera nos hacemos esclavos de nuestra propia imagen y nos violentamos constantemente  para responder en todo momento a las exigencias que ello supone, impidiendo dar paso a sentimientos y actitudes o respuestas que están dentro de nosotros mismos.  Por eso para poder cambiar es impresindible dar esa imagen y empezar a vivir como nosotros somos, aceptarnos con los pensamientos y actitudes que tenemos de nosotros mis

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Siguiendo los pasos de San Pablo

Siguiendo los pasos de San Pablo

Un aspecto inherente a la vida es el cambio. Todo lo vivo es cambiante y por tanto pasajero. Asumir y aceptar el cambio y estar abiertos a Él, es otro reto que nos brinda la vida, otra Aventura que tenemos que asumir.

Hay dos aspectos distintos del cambio que tenemos que tener en cuenta: Uno es el que se produce ajeno a nosotros mismos, a nuestro alrededor, en todo lo que vivo, y en bueno sensibilizarse y percibir el fluir continuo de la vida en nuestro entorno, observar el carácter cambiante de cuanto nos rodea, cosas paisajes, personas… y de nuestra propia percepción, que también varía. Y el otro que queremos que se produzca en nosotros mismos.

Tenemos que analizarnos si tendemos a aferrarnos a lo que ya tenemos:
a)    tanto a los logros externos, las situaciones de fuera, como son: nuestro barrio, nuestro lugar de trabajo, nuestra comunidad, todo lo conocido, lo familiar, los lugares por los que me muevo con desenvoltura y con seguridad porque los conozco mucho,  y
b)    las situaciones internas: lo que yo creo haber conseguido en cuanto a mi forma de vida, mis hábitos, mis costumbres. Si prefiero seguir atado a lo que ya conozco por aquello que “mas vale malo conocido que bueno por conocer”
Si tenemos esta actitud, cualquier motivo es motivo de sufrimiento porque todo nuestro montaje se ve amenazado, ya que pone en peligro mis ideas, los valores, las opiniones, que tanto trabajo nos ha costado hacernos a las que nos agarramos con uñas y dientes.  Y es que nos hemos creado una imagen de cómo deber ser las cosas, el mundo, la vida, incluso como debemos ser nosotros mismos y las personas que nos rodean, y no podemos admitir nada que no encaje con esa imagen, porque supone renunciar a lo seguro, quedarnos en el aire, dejar espacio a nuevas posibilidades, a lo nuevo, a lo desconocido, al cambio… y eso nos da miedo Y entonces optamos por no admitir nada que no sea perfectamente “comprensible”, correcto, y que no encaje en ese mundo rígido y descolorido que nos hemos creado buscando seguridad, donde todo esta perfectamente ordenado y cada cosa con su etiqueta.


Nuestra vida entonces se centra en defender esos logros, en hacer cada vez más firmes nuestros esquemas y poco a poco vamos rechazando de forma más sistemática todo aquello que no sea perfectamente comprensible; nuestra vida es completamente lógica, ordenada, rutinaria, incluso hasta el desorden tiene su sitio; así para divertirnos hacemos cosas que están permitidas para esta ocasión, y para trabajar  o para descansar hacemos tales cosas, es decir los mismos hábitos, las mismas costumbres. Lo que vamos logrando como tal es que el horizonte se va estrechando y nos vamos insensibilizando más y más a percibir el mundo que nos rodea, la belleza de la cambiante naturaleza, la originalidad de las personas con las que vivimos, la infinidad de detalles nuevos que cada día ocurren en nuestro entorno. En definitiva nos vamos insensibilizando a la vida, porque la vida no encaja en nuestros conceptos rígidos en imagines, prefabricadas, sino que en sí misma es cambiante y sorprendente y no tiene porque ser lógica ni comprensible. Por eso para VIVIR es necesario estar abiertos siempre a lo Nuevo, al cambio.

Siguiendo los pasos de San Pablo

Siguiendo los pasos de San Pablo

Un aspecto inherente a la vida es el cambio. Todo lo vivo es cambiante y por tanto pasajero. Asumir y aceptar el cambio y estar abiertos a Él, es otro reto que nos brinda la vida, otra Aventura que tenemos que asumir.

Hay dos aspectos distintos del cambio que tenemos que tener en cuenta: Uno es el que se produce ajeno a nosotros mismos, a nuestro alrededor, en todo lo que vivo, y en bueno sensibilizarse y percibir el fluir continuo de la vida en nuestro entorno, observar el carácter cambiante de cuanto nos rodea, cosas paisajes, personas… y de nuestra propia percepción, que también varía. Y el otro que queremos que se produzca en nosotros mismos.

Tenemos que analizarnos si tendemos a aferrarnos a lo que ya tenemos:
a)    tanto a los logros externos, las situaciones de fuera, como son: nuestro barrio, nuestro lugar de trabajo, nuestra comunidad, todo lo conocido, lo familiar, los lugares por los que me muevo con desenvoltura y con seguridad porque los conozco mucho,  y
b)    las situaciones internas: lo que yo creo haber conseguido en cuanto a mi forma de vida, mis hábitos, mis costumbres. Si prefiero seguir atado a lo que ya conozco por aquello que “mas vale malo conocido que bueno por conocer”
Si tenemos esta actitud, cualquier motivo es motivo de sufrimiento porque todo nuestro montaje se ve amenazado, ya que pone en peligro mis ideas, los valores, las opiniones, que tanto trabajo nos ha costado hacernos a las que nos agarramos con uñas y dientes.  Y es que nos hemos creado una imagen de cómo deber ser las cosas, el mundo, la vida, incluso como debemos ser nosotros mismos y las personas que nos rodean, y no podemos admitir nada que no encaje con esa imagen, porque supone renunciar a lo seguro, quedarnos en el aire, dejar espacio a nuevas posibilidades, a lo nuevo, a lo desconocido, al cambio… y eso nos da miedo Y entonces optamos por no admitir nada que no sea perfectamente “comprensible”, correcto, y que no encaje en ese mundo rígido y descolorido que nos hemos creado buscando seguridad, donde todo esta perfectamente ordenado y cada cosa con su etiqueta.


Nuestra vida entonces se centra en defender esos logros, en hacer cada vez más firmes nuestros esquemas y poco a poco vamos rechazando de forma más sistemática todo aquello que no sea perfectamente comprensible; nuestra vida es completamente lógica, ordenada, rutinaria, incluso hasta el desorden tiene su sitio; así para divertirnos hacemos cosas que están permitidas para esta ocasión, y para trabajar  o para descansar hacemos tales cosas, es decir los mismos hábitos, las mismas costumbres. Lo que vamos logrando como tal es que el horizonte se va estrechando y nos vamos insensibilizando más y más a percibir el mundo que nos rodea, la belleza de la cambiante naturaleza, la originalidad de las personas con las que vivimos, la infinidad de detalles nuevos que cada día ocurren en nuestro entorno. En definitiva nos vamos insensibilizando a la vida, porque la vida no encaja en nuestros conceptos rígidos en imagines, prefabricadas, sino que en sí misma es cambiante y sorprendente y no tiene porque ser lógica ni comprensible. Por eso para VIVIR es necesario estar abiertos siempre a lo Nuevo, al cambio.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Siguiendo los Pasos de San Pablo



Siguiendo los Pasos de San Pablo (3)

Rev. Alejandro Marca

En la red 
Desde hace tres años que tuve la oportunidad de hacer la visita a la ciudad Santa de Jerusalén encontré que la red, es un buen medio para que nos podamos entrelazar y escuchar los testimonios de lo que Dios va haciendo, en  nuestras vidas.
Además que es una oportunidad para crear la espiritualidad de comunión, que vamos a emprender a lo largo de estos días por medio de este hermoso viaje a Turquía y Grecia. 21 de Septiembre hasta el 06 de Octubre, del 2014.


“Verdaderamente la peregrinación es un viaje que activa y reactiva la fe”. 

Conclusiones 
A lo largo de estos días, les he ido facilitando algunos elementos que nos llevan a ciertas conclusiones: 
1. Efectivamente la peregrinación es un camino que activa y reactiva la fe. La fe es el principio activo de la comunión eclesial y por la fe se entra en el proceso de cambio, de conversión que la peregrinación propicia. Todo esto afecta a la comunión eclesial, abriéndonos al Reino de Dios. Comunión eclesial abierta. 
2. De esta comunión eclesial va a depender la credibilidad del mundo en el mensaje de Jesús. De ahí el insistente cuidado, el cariño y el temblor, pienso yo, con que Jesús encomienda a los suyos la herencia viva de ese tesoro de la comunión eclesial. 
a) Durante este tiempo tenemos un  extenso y magnifico campo de evangelización, para ayudarnos en el desarrollo de la fe como principio activo de la Comunión Eclesial.
b) Para que nuestra  peregrinación sea un camino que nos ayude a construir la comunión eclesial 
Debes tener en cuenta: 
    • La motivación que traemos
    • El camino 
    • La meta 
    • Una de las cosas fundamentales durante este tiempo es que  se sientan acogidos, escuchados, acompañados atendidos espiritualmente y que a través de esto llegue a tener la experiencia del amor de Dios. Que esta peregrinación sea un itinerario de fraternidad que nos abra a nuevas perspectivas de vida y compromiso en la Iglesia. 

Glorioso san Pablo,
Apóstol lleno de celo,
Mártir por amor a Cristo,
danos una fe profunda,
una esperanza sin decaimiento,
un amor ardiente por el Señor
para que podamos decir contigo:
«Ya no soy yo quien vive,
sino que es Cristo quien vive en mí».
Ayúdanos a convertirnos en apóstoles
que sirven a la Iglesia con una conciencia pura,
testigos de su verdad y de su belleza
en medio de la oscuridad de nuestro tiempo.
Contigo alabamos a Dios Nuestro Padre,
«A Él la gloria, en la Iglesia y en Cristo
por los siglos de los siglos». Amén.




sábado, 13 de septiembre de 2014

Siguiendo los Pasos de San Pablo (2)



Siguiendo los Pasos de San Pablo (2)

Rev. Alejandro Marca

El camino en la peregrinación es además un espacio y un tiempo para el encuentro con otras personas que provienen de diferentes lugares, pueblos, razas lenguas y costumbres. Encuentro con otros muchos peregrinos, que motivados por la misma fe caminan hacia la misma meta. Es un espacio para compartir la experiencia que vamos descubriendo a través del diálogo, las celebraciones eucarísticas donde la comunión eclesial se afirma con el “nosotros” de la fe cristiana. 
Los invito además que podamos vivir este caminar en clave eclesiológica, es decir en comunión con todo el cuerpo místico de Cristo.  La comunión se actualiza de manera especial en la sagrada liturgia y aquí se nos ofrecen la penitencia y la eucaristía como dos elementos constitutivos de la peregrinación cristiana. Por eso cada día estaremos celebrando en comunión con ustedes los lectores de este blog, nuestro caminar en comunión. 
La asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos (1988) reconoció en la “eclesiología de comunión” la idea central y fundamental de los documentos del vaticano II “La iglesia, mientras peregrina aquí en la tierra, está llamada a mantener y promover tanto la comunión con Dios trinitario como la comunión entre los fieles. Para ello cuenta con la Palabra y los Sacramentos, sobretodo la Eucaristía, de la cual vive y en la cual se expresa. “El sacramento expresa este vinculo de comunión, sea en la dimensión invisible que, en Cristo y por la acción del Espíritu Santo, nos une al Padre y entre nosotros, sea en la dimensión visible, que implica la comunión en la doctrina de los Apóstoles, en los Sacramentos y en el orden jerárquico. La íntima relación entre los elementos invisibles y visibles de la comunión eclesial, es constitutiva de la Iglesia como sacramento de salvación”. 
La peregrinación y sentido de pertenencia a la Iglesia

Al unirnos como Iglesia, además, estamos tratando de hacer presente la Iglesia como cuerpo místico de Cristo, ya que  la necesidad de la Iglesia es importante para que la humanidad en su totalidad tenga plena conciencia y la esperanza de la salvación.
Sin la comunidad eclesial, pues, no habría en la historia la certificación de que Dios quiere conducir a todos a la comunión con Él y con todo el genero humano”. (Carta pastoral de Monseñor Julián Barrio, Arzobispo de Santiago, Año Santo Compostelano 2004). 
Con esta peregrinación deseamos el ser capaces  de propiciar  el  crecimiento en la fe y así avivar el sentido de pertenencia a la Iglesia. Sentido que cada uno interioriza, hace suyo y esto los lleve  a amar a la Iglesia y sentir con la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo y como Pueblo de Dios que camina hacia la Pascua. Viéndola como una realidad que le da sentido y le construye como persona creyente en la comunión eclesial. Porque en ella hemos sido engendrados a la vida divina y donde todos los bautizados nos sentimos hermanos en Cristo. 
En cada celebración litúrgica, procuraremos hacer más visible la comunión eclesial. A las personas más alejadas les va a servir para un mayor acercamiento, una revitalización de su fe. 
Así podemos contribuir a hacer realidad el deseo de Jesús cuando ora a su Padre diciendo: “ Que todos sean uno. Que como tú Padre en mí y yo en ti, así sean ellos uno en nosotros” 

viernes, 9 de mayo de 2014

Conociendo a San Juan XXIII (4)


Modernismo


Una de las muestras claras de que Espíritu Santo guía siempre a quienes se abren a esta dimensión la vemos en estas notas del diario del alma en San Juan XXIII ## 243-244. Ciertamente la sociedad, la tecnología nos abren nuevas puertas, pero ello no quiere decir que podamos caer en engaños. De ahí la importancia de poder escuchar el sentir de la Iglesia. Como lo fue en este caso. 

Jesús bendito ha tenido a bien concederme, una luz especial para comprender todavía más vivamente la necesidad de mantener íntegro y puro mi sentido de la fe con la iglesia, mostrándome también bajo una luz más resplandeciente la sabiduría, oportunidad y hermosura de las medidas pontificas encaminadas a salvaguardar principalmente al clero del contacto de los errores modernos (llamados modernistas), que de una manera engañosa y fascinante intentan demoler los cimientos de la doctrina católica. Las dolorosas experiencias de este año, observadas aquí y allá, las graves preocupaciones del Santo Padre y la voz de los sagrados pastores me han persuadido, incluso prescindiendo de otros datos, de que este viento del modernismo sopla muy fuerte y en una extensión mayor de lo que a primera vista pudiera parecer; de que es muy fácil que azote en el rostro y haga perder la cabeza incluso a aquellos que en un principio se sienten movidos solamente por el deseo de adaptar la antigua virtud del cristianismo a las necesidad modernas. Muchos, incluso buenos, han caído en el equívoco, inconscientemente tal vez; han pasado al campo del error. Y lo peor es que las ideas se pasa pronto al espíritu de independencia, de libertad de juicio, en todo y con todos. 

jueves, 8 de mayo de 2014

Conociendo a San Juan XXIII (3)




Cuestión social

Leyendo el diario Espiritual de San Juan XXIII vemos como le invadía una gran preocupación por el tema social. Como dice el es parte de su atención e interés y de su gran esfuerzo, por ello siempre estaba pidiendo al Corazón de Jesús que llene cada una de estas áreas que eran de su preocupación. Así lo leemos en el Diario del Alma ## 192-193

Oh, cómo la cuestión social, cuestión de vida no solo material, sino del espíritu, es medio de la agitación de las mentes, los lamentos de los desheredados, el trabajo febril de las almas apostólicas, las luchas, las desilusiones, los triunfos, se me presenta más digna de mi atención, de mi interés, de mis votos ardientes y de mi esfuerzo, cuando, sobre el fondo del gran cuadro, me parece ver a Jesús como el sol de primavera que se alza sobre el vasto mar; el rostro sereno y manso, los brazos abiertos, el corazón resplandeciente de la luz que circunda. Oh corazón divino, tú eres verdaderamente la solución de todo el problema; en ti reposan nuestras esperanzas, de ti esperamos la salvación.
Volved oh Jesús, a la sociedad, a la familia, a los espíritus. reina como soberano pacifico, ilumina con los resplandores de fe y de caridad de tu dulcísimo corazón las almas de los que se ocupan del bien del pueblo, de tus pobres; infundeles tu espíritu, espíritu de disciplina, de orden, de dulzura, manteniendo siempre vida en sus pechos la llama del entusiasmo.