sábado, 13 de septiembre de 2014

Siguiendo los Pasos de San Pablo (2)



Siguiendo los Pasos de San Pablo (2)

Rev. Alejandro Marca

El camino en la peregrinación es además un espacio y un tiempo para el encuentro con otras personas que provienen de diferentes lugares, pueblos, razas lenguas y costumbres. Encuentro con otros muchos peregrinos, que motivados por la misma fe caminan hacia la misma meta. Es un espacio para compartir la experiencia que vamos descubriendo a través del diálogo, las celebraciones eucarísticas donde la comunión eclesial se afirma con el “nosotros” de la fe cristiana. 
Los invito además que podamos vivir este caminar en clave eclesiológica, es decir en comunión con todo el cuerpo místico de Cristo.  La comunión se actualiza de manera especial en la sagrada liturgia y aquí se nos ofrecen la penitencia y la eucaristía como dos elementos constitutivos de la peregrinación cristiana. Por eso cada día estaremos celebrando en comunión con ustedes los lectores de este blog, nuestro caminar en comunión. 
La asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos (1988) reconoció en la “eclesiología de comunión” la idea central y fundamental de los documentos del vaticano II “La iglesia, mientras peregrina aquí en la tierra, está llamada a mantener y promover tanto la comunión con Dios trinitario como la comunión entre los fieles. Para ello cuenta con la Palabra y los Sacramentos, sobretodo la Eucaristía, de la cual vive y en la cual se expresa. “El sacramento expresa este vinculo de comunión, sea en la dimensión invisible que, en Cristo y por la acción del Espíritu Santo, nos une al Padre y entre nosotros, sea en la dimensión visible, que implica la comunión en la doctrina de los Apóstoles, en los Sacramentos y en el orden jerárquico. La íntima relación entre los elementos invisibles y visibles de la comunión eclesial, es constitutiva de la Iglesia como sacramento de salvación”. 
La peregrinación y sentido de pertenencia a la Iglesia

Al unirnos como Iglesia, además, estamos tratando de hacer presente la Iglesia como cuerpo místico de Cristo, ya que  la necesidad de la Iglesia es importante para que la humanidad en su totalidad tenga plena conciencia y la esperanza de la salvación.
Sin la comunidad eclesial, pues, no habría en la historia la certificación de que Dios quiere conducir a todos a la comunión con Él y con todo el genero humano”. (Carta pastoral de Monseñor Julián Barrio, Arzobispo de Santiago, Año Santo Compostelano 2004). 
Con esta peregrinación deseamos el ser capaces  de propiciar  el  crecimiento en la fe y así avivar el sentido de pertenencia a la Iglesia. Sentido que cada uno interioriza, hace suyo y esto los lleve  a amar a la Iglesia y sentir con la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo y como Pueblo de Dios que camina hacia la Pascua. Viéndola como una realidad que le da sentido y le construye como persona creyente en la comunión eclesial. Porque en ella hemos sido engendrados a la vida divina y donde todos los bautizados nos sentimos hermanos en Cristo. 
En cada celebración litúrgica, procuraremos hacer más visible la comunión eclesial. A las personas más alejadas les va a servir para un mayor acercamiento, una revitalización de su fe. 
Así podemos contribuir a hacer realidad el deseo de Jesús cuando ora a su Padre diciendo: “ Que todos sean uno. Que como tú Padre en mí y yo en ti, así sean ellos uno en nosotros” 

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